Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.

ALBERT EINSTEIN

El miedo escénico es realmente una invención social. Permíteme demostrártelo…Supongamos que vas a hacer una presentación, y días antes ya temes hacerlo mal… ¿Por qué? Por dos razones principales…

La primera, querer controlar el resultado porque no quieres “verte mal” en público (volveremos a esta más abajo).Y la segunda, porque hablar con confianza en público es algo que desconoces cómo hacerlo con eficiencia. Como no tienes una referencia en tu pasado de haberlo hecho excelente, tienes miedo de exponerte y ser juzgado “negativo” por otras personas. Como si tu valía dependiera de ello… Sumado a este miedo, está el miedo a que vean que tienes miedo…

Tu quieres quedar bien con esa presentación porque toda tu “imagen y valor” está en la mira de un grupo de personas. Tienes por un lado, afán de hacerlo tan bien como jamás lo has hecho, y a la vez ese miedo de parecer inadecuado, temeroso, aburrido delante del “juicio” de otras personas. De allí vienen los síntomas: temblor en manos y piernas, falta de aire, voz temblorosa, pérdida de la memoria, desestructura de ideas, bloqueos, en fin, un “desastre” en escena que marcará como un recuerdo desagradable (llámalo traumático), la siguiente exposición.

Sí… lo conozco bien. Hace bastante que me dedico a acompañar a las personas a hablar con confianza delante de cualquier público. Como ves, el público no es el problema, sino el miedo a lo que opine el público. El cerebro y el sistema nervioso, inundado de los químicos del miedo, desactiva las funciones creativas, racionales, memorísticas, y las emociones empoderantes.

¿Has visto a una persona asustada y a la vez feliz, fluida, y brillando en un escenario? Yo no…

Ahora bien, ¿cómo hacer que este frecuente y desagradable temor, bautizado como “miedo escénico”, no perjudique nuestras presentaciones?

Lo primero:

Conocer, conocer y conocer la raíz de este miedo.

Este miedo se alimenta de otro miedo: el miedo al rechazo. A nadie le gusta ser rechazado, y en público menos. Por tanto debemos cuestionar estas creencias una y otra vez.

¿Cómo se hace?

Utilizando preguntas, como decía Eistein. Toma un lápiz y comienza a responderte:

¿Realmente es tan malo que no guste lo que digo o cómo lo digo?

¿Hay algún ser humano que no haya sido rechazado?

¿Es posible que alguien le agrade y le caiga bien a todos?

¿Cuántas veces le has contado a alguien sobre tu artista favorito y no le llama la atención?

¿Quién soy yo para hacer perfecto algo que nadie en la escuela ni la universidad me enseñó?

¿Quién soy yo para ponerme tanta presión encima?

¿Qué creencia no me permite pararme allí y decir mis ideas con orgullo sin importar si les gusta o no?

¿Qué creencia es esa que dice que “hay algo malo en mí” si no tengo soltura, solemnidad y éxito en mi presentación?

¿Según quién soy un mal orador?

¿Cuál es la creencia, que si la soltara hoy mismo, haría que me sintiera en paz y tranquilo sin caerle bien a todos?

Si ya respondiste, dime ¿cuánto bajó la presión al terminar de responder…?

Si comienzas a cuestionar las creencias detrás del miedo al rechazo, lo que pasará es que tu cerebro gozará de un mejor performance para dar tu exposición. Incluso sin técnicas de oratoria ya verás una gran mejoría.

¿Por qué?

Porque dejarás de ver el miedo al rechazo como algo terrible, para comenzar a verlo como lo que es: el efecto de una causa.

¿Y cuál es la causa?

Las creencias detrás del miedo al rechazo…Todas ellas falsas…

El miedo al rechazo es sólo el síntoma de un sistema de creencias que tienes que comenzar a cuestionar ya mismo.

Cuando debilites este sistema de creencias, TARÁAAN, notarás mayor confianza y mejor performance para hablar en público.

Porque ya no querrás impresionar a nadie. Esto es mucha presión que eleva los síntomas del miedo. Ojo que no estoy diciendo que no te importe tu presentación. La invitación es a hacerla y entregarla desde el amor, no desde el miedo.

¿Y cómo se hace una presentación desde el amor?

Lo explico en: ¿Puede el amor ayudarte a reducir los efectos del miedo escénico? (link de artículo con ese títuto)

Nos vemos allí.

Luis Hinestroza.

Mentor de Oratoria Genuina.