Respuesta categórica, y científicamente probada: SÍ.
Pero ojo, no es ni el amor de otra persona (relación), ni el amor que regularmente aprendimos en casa.
Es activar el amor incondicional a tu proceso de convertirte en un orador inspiracional y de alta confianza.
Es un amor que requiere una NUEVA CONSCIENCIA. Tienes que comenzar a verte con una nueva mirada.
La pregunta de entrada es: ¿Puedes amar todo lo que haces?
¿Puedes amar todo lo que sientes antes, durante y después de una presentación?
¿Podrías mirar desde el amor todo lo que dices y sientes en una conferencia porque simplemente representa tu mejor esfuerzo?
Cuando no somos capaces de amar nuestros resultados, estamos en riesgo de estancarnos, paralizarnos y repetir resultados similares, incluso más desagradables.
¿Te ha pasado?
Hasta que no veamos con amor eso que hasta ahora hemos rechazado de nosotros, seguirá repitiéndose.
Nadie que rechace su proceso de crecimiento tendrá serenidad ni claridad suficiente para evolucionar.
¿Y por dónde comenzar a usar el amor en la oratoria?
Permitiéndote ser tú con tus luces y sombras. Abriéndote a mostrar tu lado imperfecto, humano y vulnerable.
Es en este reconocimiento donde explota tu verdadera confianza para inspirar a otros con tu voz.
Te sorprenderás de lo mucho que conectas siendo tú. Las audiencias quieren hoy más que nunca personas auténticas.
¿Quieres preguntas para hacer presentaciones desde el amor?
Aquí te van:
¿Cuál es esa creencia a la que si renunciaras hoy, amarías tu voz, tu expresión y tu puesta en escena?
¿Quién crees que eres tú para no hablar con confianza delante de cualquier persona?
¿Quién eres tú para no tener derecho de aportar a este mundo con tu voz?
¿Qué juicios condenatorios te has contado de tu desempeño al hablar en público? ¿Qué sería distinto si dejaras de juzgarte así?
¿Cómo podrías ser amable con el resultado de tu presentación?
Y allí te va una de mis favoritas:
¿Cómo me voy a celebrar esta presentación sin importar cómo salga?
Ya eres muy valiente al decidir hablar en público cuando es algo que NO se nos enseña ni en la escuela ni en la universidad.
Ámate y dale alto valor a cualquiera que sea el resultado: hónralo.
Bienvenid@ al mundo de los oradores genuinos…
Nadie puede inspirar a nadie si primero no se siente valioso.
Tu voz vale…
Tu rostro, figura y expresión valen…
Tu tema vale…
Tu sueño vale…
Tu historia, tus huellas, tus emociones valen…
Y no necesitas que alguien te lo diga para comenzar a saberlo.
Primero tienes que saberlo y sentirlo tú, para que esta energía de hablar desde el amor llegué a tu público.
La gente cautivadora e inspiradora sabe lo mucho que vale; por ello no silencian su mensaje. ¿crees que no sintieron miedo? También sintieron miedo, pero se enfocaron en el amor.
Si lo que tienes que decir es valioso, si va ayudar a muchas personas, por favor date permiso para reconocerlo todos los días.
…eres un ser EXTREMADAMENTE valioso.
Cuando te tatúes esta verdad en tu ADN; cuando la siembres una y otra vez en tu momento presente, créeme, aflorará el orador con el cual sueñas: lleno de confianza e inspiración y a la vez proactivo.
Esa voz está dentro de ti y vino para ser escuchada. Hay gente allá afuera esperándola.
Tú viniste a mover algo de este mundo a través de tu voz, de lo contrario no habrías leído hasta aquí.
Esa información que te apasiona entregar está en ti porque fuiste escogid@ para que sirvas con ella.
Ese éxito que ensancha tu corazón está a solo unas pocas, pero firmes decisiones, de materializarse.
Pero primero debes ser amable contigo. Esto es algo que adoran aprender los alumnos de nuestro Mentoring de Oratoria INSPIRA. (link de carta de ventas INSPIRA)
Ese amor incondicional hay que ponerlo en práctica…
Nadie gana en confianza hablando en público sin hablar en público. Como nadie aprende a nadar sin meterse al agua…
Por lo pronto, responde las preguntas de arriba. Será un primer paso.
Déjame tu comentario debajo para saber cómo te fue.
Con cariño,
Luis Hinestroza.
Mentor de Oratoria Genuina.